Duraznos, nectarinas y ciruelas poseen compuestos fenólicos que sabemos actúan como vasodilatadores y tienen función antioxidante, entre ellos, antocianinas, acidos clorogénicos, y catequinas que además, previenen la acumulación de grasa en las arterias.
Asimismo, estos compuestos tienen efecto antiinflamatorio y actúan a nivel de las células del tejido adiposo, “barriendo” los mismos y evitando la acumulación de macrófagos allí, proceso fundamental para que se desencadene toda la alteración metabólica que genera la obesidad.
Entonces, el
consumo de estas frutas que justamente podemos conseguir a un precio accesible
y de buena calidad durante el verano, además de no sumarnos calorías y
aportarnos muchos micronutrientes, fibra y agua, nos ayudará a controlar el
proceso metabólico que conlleva la acumulación de grasa en el organismo.
Fuente:
Vitónica
Junio 29, 2012
Vitónica
Junio 29, 2012
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